ALVARO CHAVARRO VASQUEZ “YO NO ESCOGI LA DANZA FUE ELLA QUIEN ME ESCOGIO A MI”

ALVARO CHAVARRO VASQUEZ “YO NO ESCOGI LA DANZA FUE ELLA QUIEN ME ESCOGIO A MI”

“La danza es un ritual, es un rito amoroso, es entrar en comunión; la introspección del bailarín, la pérdida de la dimensión de si mismo permite al grupo de vibrar al unísono”

Por Odette Ferré
Publicado en EXPRESION LATINA PARIS

Álvaro Chavarro Vásquez ha tenido una vida llena de satisfacciones gracias a la danza. Entre los recuerdos que remontan a la infancia, Chavarro evoca la música colombiana como su primer contacto con la danza. En su Tolima natal descubrió los ritmos de bambucos y torbellinos y el sanjuanero “uno de los pocos ritmos en el mundo por el que se hace un Festival que incluye un reinado eligiendo a la mejor pareja de baile”.La revelación de la música culta llegó más tarde, estando radicado en Bogotá. Cursaba sus estudios secundarios cuando la danza se cruzó en su camino: “yo no escogí la danza fue ella quien me escogió a mi. En el año 68, en plena época de liceo, me encontraba con un grupo de amigos en una discoteca en Bogotá. El bailarín Jorge Bejarano, quien se encontraba en el recinto, se me acercó pensando que yo era bailarín y me dijo que tenía la presencia, el porte para serlo. Días después de esta discusión, me lo encontré en una calle de Bogotá y me propuso venir a los ensayos del nuevo espectáculo que estaba preparando con el grupo de danza. Fui al ensayo por simple curiosidad. Empecé a tomarle gusto al trabajo riguroso de cada movimiento hasta la perfección. Poco tiempo después, una amiga bailarina me propuso acompañarla a pasar las audiciones para el Ballet Nacional, dirigido por Sonia Osorio, en calidad de pareja de baile. Al final ella no fue seleccionada y yo si; perdí la amistad de esta bailarina pero en ese momento empecé mi carrera como bailarín profesional. En 1975 fue mi primera gira internacional con el Ballet Nacional: España, Bélgica, Francia, Rusia fueron los países que visitamos en aquella época. Después de la gira y de regreso a Colombia, me propuse estudiar ballet clásico. Renuncié al Ballet de Colombia y conseguí una beca para llevar a cabo estos estudios en la Academia de Priscilla Welton durante seis años y una beca más que me permitió estudiar francés”. Es también durante este período que Álvaro se implica en la docencia, creando una metodología para enseñar la danza que aplica en la Academia de Priscilla Welton. Así mismo, se dedica a la labor social trabajando directamente con establecimientos escolares de niños de bajos recursos económicos a los que transmite el amor por la danza. Su trabajo en el barrio Veinte de Julio de Bogotá le dejará los mejores recuerdos de una labor intensa y rica en vivencias. Estas experiencias llevan poco a poco a Chavarro a inclinarse por la docencia. En 1982 obtiene una de las cuatro becas que otorga el gobierno italiano para estudiar Pedagogía de la Danza en la Academia Nacional de Danza de Roma durante tres años. De regreso a Colombia, motivado por los años de exilio, solicita su reintegración a la escuela del Veinte de Julio. La administración le niega la petición y argumenta escuetamente que “lo que se necesita son técnicos y no artistas” . Esta respuesta negativa representa una gran decepción para Chavarro, quien decide regresar a Europa, eligiendo a Francia como punto de llegada. Durante otros tres años estudia en la Sorbona, obteniendo un certificado de especialización en pedagogía de la danza. Con sus diplomas en mano y la experiencia adquirida, Álvaro postula para el concurso de conservatorios como profesor de danza, inicialmente como reemplazante y trabaja durante un año en varios conservatorios de Paris. “Pienso que ningún país en el mundo puede darse el lujo de tener conservatorios de música y danza en cada barrio como Francia”. Un buen día, una amiga bailarina argentina le propone irse a trabajar a Saran en la región de Orleáns, para crear la escuela de danza. Ya han pasado catorce años cumpliendo las funciones de profesor de danza clásica y codirector de la Escuela municipal de Saran, conservando el mismo entusiasmo de sus inicios. Saran cuenta con una escuela de danza que Álvaro ha visto crecer día a día y a la que sin duda alguna seguirá nutriendo de su entusiasmo y dinamismo. Tres países han hecho de este artista un bailarín y pedagogo riguroso, inigualable, exigente, sensible y ante todo generoso. “Para mi Colombia es mi madre, Francia es mi mujer y mi hija e Italia es mi amante, son tres amores diferentes con sus cualidades y defectos.”