AMAYGUA : UN RITUAL ESCENICO EN EL TEATRO DEL SOL

AMAYGUA : UN RITUAL ESCENICO EN EL TEATRO DEL SOL

Amaygua, unión de las palabras Amazonas y Guajira, es el encuentro y la reflexión alrededor de la cosmovisión, de los conocimientos ancestrales y del patrimonio de las comunidades indígenas de la Guajira y de la Amazonía colombianas.

Por Odette Ferré
Publicado en EXPRESION LATINA PARIS

Patrimonio de culturas ancestrales
En el marco del 14 Festival Don Quijote, el Teatro del Sol fue el escenario de la obra colombiana Amaygua, dirigida por Floresmiro Rodríguez y Bernardo Enrique Berbeo. Esta pieza es un trabajo conjunto de la Fundación Raíces Vivas y de la Corporación Cultural Jayeechi. El espectáculo se clausuró con la intervención del Mamo Arhuaco Crispín Izquierdo, quien habló sobre la cosmología de los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta. El Mamo Crispín nos confía que viene en calidad de guía espiritual de los miembros del grupo. Izquierdo explica que este espectáculo “no es una verdadera obra teatral; es un mensaje que queremos dar a partir de la concepción simple, utilizando nuestros objetos sagrados, que son verdaderos productos de la misma naturaleza como los vestuarios, las máscaras. Cómo el símbolo de vida de nosotros que son las semillas tienen una representación sagrada en cada uno de los actos de la vida cotidiana”.


“Una reflexion sobre el patrimonio intangible”
Para Bernardo Enrique Berbeo, codirector de la pieza Amaygua e intérprete de diversos instrumentos autóctonos, este ritual escénico de creación colectiva es una “reflexión sobre el patrimonio intangible, sobre los valores ancestrales, todo lo que tiene que ver con la soberanía alimenticia, el territorio y la reafirmación cultural”. La obra retoma valores análogos de las culturas indígenas como los rituales del encierro, de la pelazón, de la chichamaya, la muerte, los elementos simbólicos presentes en los tejidos, danzas de las flechas y los totumos y cantos tradicionales; el mundo onírico, que es otro componente importante en ambas culturas, también está bien representado. La obra termina con la fabricación de figuras de tótem, símbolos que representan los 32 apellidos de las familias indígenas de los Wayú de la Guajira y de la rana, símbolo del universo para las comunidades indígenas del Amazonas. Este espectáculo, cargado de una fuerte simbología, tuvo una gran acogida dentro del público que participó animadamente en la danza final, formando un gran círculo de fraternidad al lado de estos mensajeros de paz, que compartieron a lo largo de una hora, la sabiduría de los pueblos ancestrales.

Un mensaje de paz

El Mamo Crispín Izquierdo quiso dejar este mensaje para los lectores de Expresión Latina :
“Yo le pido a mis hermanos menores que nos unamos en el mensaje de nuestro padre el sol, que nos unamos en el mensaje que nos ha enseñado nuestra madre la tierra; que nos aunemos en la ley que no es ley el día y que nos unamos en la muerte solidaria que no es muerte, para que todos formemos una sola familia para reunificar todo lo que la tierra necesita para sobrevivir : nuestra sangre el agua, nuestros huesos los árboles, nuestras rocas, nuestros elementos, nuestros movimientos. Debemos ser una sola energía una sola unidad de pensamiento, sin negarnos ningún servicio, como la ley de nuestra energía solar y al servicio de nuestra madre tierra puesta al hombre para conformar una sola familia”.